“Comportamiento emergente” en teoría
Quienes
estudian los sistemas complejos llaman “comportamiento emergente” al salto
cualitativo entre la manera simple de
volar una golondrina y la manera compleja de volar una bandada; o entre la
manera de nadar un pez pequeño y la de nadar un cardumen. O entre el impulso
eléctrico que activa una neurona y el surgimiento de una idea o la activación
de un recuerdo. O a la dinámica tras el proceso que sigue un óvulo fecundado
para formar un ser humano.
El
comportamiento emergente es una de las estrategias que le han permitido a la
Vida convertir a éste en un planeta vivo -es decir: generar la biosfera- ese
sistema en permanente interacción con todos los demás sistemas concatenados (a
veces llamados erróneamente “capas”) que conforman la Tierra: atmósfera,
litósfera, hidrósfera, etc.
Un
principio fundamental de la Teoría de Sistemas es que “el todo es
(cualitativamente) más que la suma de sus partes”. Lo podemos comprobar en
nuestras propias “entidades”: somos mucho
más que una mera suma de órganos, al
igual que nuestro grupo familiar es mucho
más que una mera agrupación de personas. Así mismo, una bandada es mucho más que una suma de pájaros. (Recomiendo que no dejen de ver el video al cual se accede con el link anterior)
“Comportamiento emergente”
en acción
Abordo
este tema en este preciso momento, porque considero que la manera como lo que
comenzó como un “paro agrario”, en un poco más de una semana se convirtió en
una movilización nacional sin precedentes, constituye un buen ejemplo, en el
ámbito social, de comportamiento emergente.
Foto: Vanguardia
Se
comenzó a gestar, por lo menos en su última etapa, en el primer semestre del
año, con el llamado “paro cafetero”, pero a diferencia de otros de los
tantísimos paros sectoriales que anualmente se llevan a cabo en Colombia, este
movimiento fue adquiriendo una dinámica propia que continuó fortaleciéndose más
allá de los acuerdos puntuales que permitieron la superación de ese paro.
Existen,
por supuesto, condiciones en el entorno económico, político y social del país que
han propiciado que eso ocurra, pero esas condiciones han existido también en el
pasado sin que otros paros, incluso los llamados “nacionales”, hayan logrado
dar ese salto.
Foto: Cruz-y-Ficción
Ignoro
detalles de la organización que convocó al paro que comenzó el 19 de Agosto
pasado (2013), pero me atrevo a pensar que, lejos de lo que mucha gente pueda suponer,
en el actual movimiento de carácter nacional no existe un “cerebro central” ni
una instancia coordinadora única que haya ideado ni los distintos pasos que se
han venido dando, ni que haya planificado los alcances de eso en lo que hoy se
ha convertido el “paro agrario”, y que se sigue llamando así a pesar de que
está movilizando a muchos sectores no necesariamente vinculados con el campo.
Interpreto lo que está pasando, más bien, como un fenómeno de comunicación y de contagio –una dinámica viral- y un
liderazgo descentralizado, que está haciendo que cada uno de los sectores o
movimientos involucrados, sin perder ni su autonomía ni la especificidad de sus
reclamos, se haya vinculado a ese remolino
social cuyos alcances potenciales todos (creo que incluyendo sus líderes
sectoriales) hoy ignoramos.
El todo es más que la suma
de sus partes.
Esta
“onda” que recorre al país de un extremo a otro es mucho más que una suma de
pliegos de peticiones. Por eso no se va a “solucionar” solamente con otorgar
nuevos subsidios ni con eliminar los aranceles a los insumos importados para la
producción agropecuaria ni con bajar los precios de los combustibles. Por bien
intencionadas que sean, esas medidas lineales
y puntuales resultan insuficientes para interactuar eficazmente y de manera sostenible con procesos complejos.
Si medidas como la eliminación de aranceles para la importación de agroquímicos, solicitada por los campesinos en paro, no se adoptan en el marco de políticas más amplias de soberanía agropecuaria, pueden resultar contraproducentes e incrementar el uso y la dependencia del país frente a las empresas que producen esas sustancias
Muy
seguramente esas mismas y otras decisiones puntuales deberán adoptarse y
mantenerse, pero como piezas articuladas de una estrategia más compleja, que en
este momento solamente visualizo como una redefinición concertada de conceptos
como territorio y desarrollo. Y como la adopción de una serie de políticas
públicas tendientes a reorientar la actuación y la inversión del Estado de
acuerdo con esas redefiniciones.
El vandalismo: entropía o
desorganización que debilita el sistema
Un
desafío que comparten los líderes del Estado y de los movimientos sociales (y
que compartimos todos los integrantes de este gran sistema complejo que es
Colombia), es descubrir la manera de influir sobre la bandada para que su propia dinámica evite que se apodere de ella
la violencia –cualquiera que sea la procedencia de sus instigadores- y que la
convierta en instrumento de destrucción y de muerte. (Para evitar que se
apodere de ella la entropía, dirán
quienes estudian los sistemas complejos desde el punto de vista de la termodinámica).
Los
actos de vandalismo que, hasta cuando esto se escribe, llegaron a un máximo
nivel en Bogotá y en otras ciudades de Colombia el jueves 29 de Agosto, son un
ejemplo del tipo de fuerzas y de efectos destructores de la organización y de
la dinámica del sistema complejo. Es decir: son entropía, aunque no podría
decir si planificada o espontánea. Lejos de apoyar el paro, esos actos de
vandalismo lo debilitaron y pueden acabar por destruirlo.
Resulta
inevitable recordar cómo el vandalismo que siguió al asesinato de Gaitán en
1948 impidió que surgiera una resistencia organizada y capaz de evitar la implantación
de ese periodo nefasto que se conoce como “La Violencia”, del cual surgió ese
proceso de exterminio cuyos efectos, 65 años después, todavía padecemos. Con
los sucesos nefastos del 9 de Abril de 1948 y lo que estos desencadenaron, la extrema
derecha colombiana logró conjurar la
amenaza de la reforma agraria que desde la Ley 200 de 1936 se había venido intentando.
El Bogotazo - Foto: de la Urbe
Ejemplos
de “dinámicas virales” en sentido contrario, o sea en favor de la libertad, de
la equidad y de la vida, han sido los movimientos orientados por el liderazgo
inspirador (más que por un liderazgo autoritario) de personajes como Gandhi,
como Martin Luther King y como Nelson Mandela, que supieron, cada uno en su
circunstancia y en su espacio, inocular
en la bandada unos principios, unas formas de actuar y unos fines éticos
capaces de enfocar toda su fuerza hacia la construcción de vida y no hacia la
barbarie.
No
descarto la posibilidad de que detrás de los actos de vandalismo con que se ha
intentado empañar el paro agrario, exista la intención expresa de desvirtuar y
de debilitar las dinámicas que lo impulsan para, de paso, llevarse en los
cachos los diálogos de paz que se llevan a cabo en La Habana. Aunque pienso
también que podría estar sobrestimando la capacidad estratégica y de
movilización de quienes tiene interés en desvirtuarlo.
Un primer logro importante del paro agrario es que las ciudades colombianas hayan descubierto que tienen el corazón y la raíz en el campo
Ver: ¿Ciudades sostenibles?
La deuda de las ciudades
Ver: ¿Ciudades sostenibles?
La deuda de las ciudades
De
todas maneras, la sorpresiva solidaridad de una gran parte de la Colombia
urbana con una Colombia campesina que para muchos de los habitantes de las
ciudades era hasta hoy desconocida (o por lo menos no reconocida), debe estar
generando preocupación en muchos actores y sectores con intereses muy concretos
en su propia apuesta de lo que debe ser “el desarrollo” del campo.
Foto: SEMANA
¿Tendrán
el Gobierno y otros líderes del Sistema
la visión y la sutileza necesarias para interactuar con esas dinámicas
complejas y para contribuir a evitar que, como decía atrás, se conviertan en
instrumentos de destrucción y de muerte?
En
el Egipto de hoy tenemos un buen ejemplo de lo que sucede cuando fuerzas
extremas que no se resignan a perder el poder, aprovechan para retomarlo -de golpe- las vulnerabilidades y las
grietas de una institucionalidad legítimamente constituida. Ese es un escenario posible, al cual no
quisiéramos llegar en Colombia.
Gustavo
Wilches-Chaux
Popayán,
Cauca, Agosto 30 de 2013
Posdata 1: Las
organizaciones indígenas del Cauca se han unido al paro agrario y han convocado
a una marcha que llegará a Popayán el 3 de Septiembre. Varios líderes indígenas han manifestado
expresamente su decisión de hacer de esa marcha un llamado a la unidad y a la
reconciliación entre los distintos actores y sectores empeñados en transformar
pacíficamente al departamento de Cauca. Ojalá esa decisión comprometa a todos
los integrantes de la marcha y ojalá las condiciones resulten propicias para
mantener esa actitud y ese objetivo.
Posdata 2: Ayer 31 de Agosto el pueblo Misak (comunidades Guambianas) llevaron a cabo una marcha en Popayán que fue ejemplo de organización y de orden. La organización indígena demostró su capacidad para la movilización pacífica.
Posdata 3 (Septiembre 4 de
2013): La marcha con que los indígenas Nasa entraron a Popayán el pasado martes
3 de Septiembre fue un ejemplo de orden, de capacidad organizativa y de la
experiencia que han acumulado estas comunidades en su proceso de resistencia
pacífica. Quedó demostrado que las comunidades organizadas y que poseen un
fuerte sentido de identidad, de pertenencia y de propósito colectivo, tienen
una gran capacidad para evitar infiltraciones nocivas y para impedir que
se desvirtúen los propósitos de sus movilizaciones. Felicitaciones a
las comunidades indígenas y felicitaciones en general al Cauca.
Foto: EL TIEMPO
Este artículo se publicó en El Nuevo Liberal el 1° de Septiembre de 2013